La historia del arte vasco tiene nombres que resuenan con fuerza, y uno de ellos es, sin duda, Jorge Oteiza. Nacido en Orio en 1908, Oteiza no solo ha sido un escultor de fama internacional, también nos ha dejado una profunda huella en la cultura vasca como poeta y pensador. El eje de su obra, que experimenta a menudo con el vacío y las formas geométricas, sigue siendo fuente de inspiración y reflexión para quienes la contemplan. Hoy, te proponemos una ruta desde su lugar de origen, Orio, hasta el Museo que lleva su nombre. ¿Te vienes con nosotros?
Orio: la cuna de Oteiza.
Orio, un pintoresco pueblo costero de Gipuzkoa, no solo es conocido por su tradición pesquera y su excelente gastronomía, sino también por ser el lugar donde nació Jorge Oteiza. Pasear por sus calles es descubrir el origen humilde de este genio del arte, un entorno que sin duda influyó en su obra. Aquí, los visitantes pueden recorrer su casco histórico, disfrutar de la ría que cruza el municipio y descubrir pequeñas referencias al legado de Oteiza.
Durante la primavera y verano, puedes disfrutar de la playa de Antilla, con más de de 3.000 metros cuadrados de arena fina, aguas cristalinas y un paisaje de montañas verdes que crean un entorno idílico.
En el muelle y casco antiguo podrás explorar el encantador centro histórico de Orio, pasear por sus calles empinadas, admirar sus tradicionales balcones y disfrutar de la vida local en su animada Herriko Plaza.
Las calles de Orio se convierten en un museo al aire libre, donde las esculturas y referencias artísticas rinden homenaje a su hijo más ilustre.
No puedes visitar Orio sin probar su famoso besugo al estilo tradicional, cocinado a la brasa y terminado con un refrito de aceite de oliva, ajo, guindilla y vino blanco. Algunas opciones donde degustarlo:
- Xixario: asador de tradición familiar en el corazón del pueblo.
- Bodega Katxiña: un espacio gastronómico único, rodeado de viñedos y montañas.
A poco más de una hora de Orio, el Museo Jorge Oteiza en Alzuza (Navarra) ofrece una experiencia inmersiva en el universo del escultor. Diseñado por el propio Oteiza junto al arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, este espacio alberga más de 1.600 esculturas, dibujos y piezas experimentales que muestran la evolución de su obra.
El museo no es solo un espacio expositivo, sino también un lugar de reflexión donde cada pieza invita a desentrañar el pensamiento filosófico del artista. Además, su ubicación en plena naturaleza proporciona un entorno sereno que permite disfrutar del arte en diálogo con el paisaje navarro.
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