Quienes solo viajan en busca de edificios majestuosos o playas increíbles, no saben lo que se pierden. Es como leer únicamente la portada de un libro porque es la parte más bonita.
Es por eso que hoy nos vamos a un destino de esos que no copan los rankings, pero que guardan gratas sorpresas para quienes viajan cargados de curiosidad. Para quienes valoran la autenticidad. Hoy nos vamos a Eibar.
Un plan que nos parece muy interesante es el
Museo de la Industria Armera. Un museo que se divide en dos partes. Por un lado, una colección de aproximadamente 1.000 armas de fuego que muestran la evolución de esta industria desde el siglo XVI, una industria que hizo crecer Eibar y a la que fue ligada su historia hasta comienzos del siglo XX.
Por otro lado, una muestra de la evolución de la industria en Eibar desde comienzos del siglo XX. Marcas que están en la mente de muchas generaciones como
Orbea,
Lambretta,
Alfa,
BH o
El Casco (bicicletas, motos, máquinas de coser, grapadoras) surgieron en Eibar. Y en este museo se pueden descubrir muchas curiosidades sobre cómo surgieron, cómo se trabajaba, qué productos se crearon…
Ver un partido en Ipurua, y más ahora que el
Eibar está en Primera División, es una experiencia altamente recomendable para cualquier persona a la que le guste el fútbol.
En Ipurua no hay asientos malos. El espectador está encima del campo. Puedes ver a Messi a escasos metros. Escuchar una protesta de Cristiano Ronaldo. Puedes, incluso, oler la hierba del campo.
En Ipurua el fútbol es de verdad, como la garra de sus jugadores. Por eso, si vas a Eibar y hay partido, no deberías desaprovechar la oportunidad.
¡A comer!
Como no podía ser de otra forma en Euskadi, en Eibar también se come bien. Como algo auténtico y diferente, te recomendamos probar el cordero al burduntzi del
Asador Azitain. Aunque otro plan posible es subirse a
Arrate, y una vez recibida la bendición de la virgen, entrar a cualquiera de los dos restaurantes que están a sus pies: el restaurante
Kantabria o el restaurante
Tiro Pitxon.
Dicen que los de Eibar son como los de Bilbao pero con un euro más. Una forma de ser alegre y echada
pa´lante que se respira en el ambiente del pueblo y que seguro te contagia cuando vayas.