¿Subimos al Monte Hernio?

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Igual es la primavera que la sangre altera o a lo mejor es que nos apetece estirar las piernas, porque conduciendo no las ejercitamos mucho o, simplemente, puede ser porque la cabra siempre tira al monte; pero hoy subimos al monte Hernio, y como nos gustan más las rutas que empiezan en un punto y terminan en otro, os vamos a proponer iniciar la excursión en Alkiza y finalizarla en Errezil. ¿Cómo lo veis? Para nosotros… ¡Planazo de cualquier día libre!

La ruta

La excursión sale del precioso y, por qué no decirlo, algo recóndito pueblo de Alkiza. Para los que su nivel de orientación brille por su ausencia, ¡estáis de suerte! En un callejón junto a la Iglesia veréis unas marcas blancas y amarillas, ¡seguidlas! A lo largo del camino también os encontraréis con alguna señalización vertical. Vosotros continuad siempre dirección Zelatun, el collado que separa las cumbres del Hernio y del Gazume y en el que hay unas bordas de las que luego os hablaremos. Una vez alcanzado el collado continuáis la ascensión por un sendero bastante marcado que sale a la izquierda. Antes de llegar a la cumbre alcanzaréis la cruz de los aros. Una cruz de piedra donde, según la tradición, hay que pasarse los aros y cuadrados de hierro que reposan sobre ella por brazos, piernas y demás partes del cuerpo con dolencias reumáticas, y éstas se sanarán o aliviarán. ¡Por probar no se pierde nada!

Rituales

Rituales o no, haced acopio de energía que enseguida llegaréis a la cumbre del Hernio y, una vez allí, y cuando hayáis dejado de preguntaros cuál será el motivo para que haya tantísimas cruces en su cima, levantad la vista y disfrutad del paisaje, es excepcional. Y ahora sí, ahora que ya habéis cumplido y habéis tocado el cielo, bueno 1075 metros no son el cielo, pero habéis estado algo más cerca de las nubes que habitualmente, así que, como íbamos diciendo, ¡ahora sí que sí! Bajad hasta las bordas de Zelatun y daos un homenaje. Bebed y comed para recuperar fuerzas, que la bajada va a ser muy rápida. ¡Prometido!

Bajada

¿Habéis comido? ¿Ha caído también algún postre rico? Malas noticias, aunque tengáis el estómago lleno, si no queréis quedaros a dormir a la fresca, hay que continuar. Pero, ¡tranquilos! No os vais a dar ni cuenta. Tomad la pista de cemento que zigzaguea dirección Errezil y en un pis-pas finalizaréis vuestra excursión. Podéis estar orgullosos, habéis tenido un día completo: habéis hecho ejercicio, habéis ‘cuidado’ vuestro reuma y habéis hecho la parada gastronómica de rigor. Así que ahora, si también habéis hecho los deberes previos y nos habéis llamado (y sabemos que sí), hasta os podéis permitir echar una siestecita en el autobús de vuelta a casa. ¡Os la habéis ganado! ¿Os llevamos?
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