Pensando en los reyes de la casa, esos pequeñajos a los que adoramos -por lo menos la mayoría del tiempo ;)-, se nos ha ocurrido un plan para todos los públicos.

Recorrer el bidegorri para peatones y ciclistas que cruza Oiartzun y finaliza en Arditurri. Un camino que discurre por un entorno natural y que nos permite terminar la excursión visitando una antigua explotación minera con más de 2000 años de historia; las minas de Arditurri. ¡Allá vamos!

Localización

El coto minado de Arditurri se encuentra anclado a los pies del impresionante macizo de Peñas de Aia / Aiako Harria, uno de los parques naturales más visitados del País Vasco (y en nuestra opinión de los más bonitos y con unas vistas de impresión).

Historia

La explotación de las minas se remonta a la época del Imperio Romano (sí, los villanos de los cómics de Asterix) y desde entonces se han obtenido en ellas plata, hierro, plomo, fluorita y blenda. Los hombres de la Edad del Hierro fueron los primeros en explotar las minas para la obtención de la plata. Durante la Edad Media, los trabajos de extracción del hierro fueron los que dominaron las labores dentro de la explotación. Más tarde, y tras un tiempo de inactividad, en el S. XVIII la familia Oiartzuarra Sein volvió a poner la mina en marcha para conseguir plata y plomo (Lo sabemos. ¡Nosotros también hemos pensado en la famosa frase de Pablo Escobar en Narcos!). En el año 1830, la Compañía Guipuzcoana de Minas amplió varias galerías de explotación haciendo desaparecer algunos vestigios de épocas anteriores. La construcción del ferrocarril, cuyo trazado constituye, hoy en día, la Vía Verde o bidegorri que hemos mencionado al principio se realizó entre 1902 y 1904 por la Compañía Chavarri Hermanos de Bilbao. La actividad de las minas de Arditurri llegó a su fin en 1984 y no fue hasta junio de 2008, tras las obras de adecuación de la galería de 800 metros de longitud, cuando finalmente se abrió al público. Por cierto, ¡una idea buenísima!

“ Plata o plomo”

Las Minas

En la actualidad se organizan diferentes visitas guiadas; en el interior de la mina se recrean sonidos, iluminación y ambientes de la época en la que la galería funcionaba a todo tren intercalados con silencios absolutos dónde sólo se escuchan el rumor del agua y los murmullos de la cueva. Estos efectos especiales crean un ambiente apasionante y hacen que el recorrido sea mágico. La visita a la galería es sin duda una experiencia inolvidable, un recorrido donde descubrir la morfología de la cueva, sus grandes dimensiones y rincones escondidos.