Seguro que hay algún valiente en la sala que alguna vez se ha animado a bucear entre tiburones o alguna otra especie marina, pero nosotros, de momento lo más cerca que hemos estado de este tipo de animales ha sido en el Aquarium de San Sebastián.

Y ¡creednos! Nos sentimos mucho más seguros viéndolos desde su maravilloso túnel 360. Sí, por ahora somos más de tierra que de mar; ya sabéis, carretera y kilómetros. Bueno, a lo que íbamos, si todavía no conocéis este txoko donostiarra, ¡ya lo estáis apuntando! Sobre todo, para ir a visitarlo con niños.

La historia

El Aquarium tiene una larga historia y no son pocos los donostiarras que recuerdan con cariño el famoso esqueleto de ballena. Hace unos años era la atracción principal y, todavía hoy, resulta imponente, pero al rey lo que es del rey; desde la reforma, la mayoría de los halagos (y las fotos) se los lleva el gran tanque.

Las especies

En él se pueden ver más de 40 de especies diferentes entre las que destacan los dos impresionantes tiburones toro. ¡Una pasada! Ya tengas 2 o 100 años, la primera vez que lo ves, es inevitable (por no decir imposible) no poner cara de ‘feliz cumpleaños’. Ya sabéis, esa sonrisa y ese gesto de… ‘No me lo puede creer pero ¡cómo puede algo ser tan bonito!’

El museo

Pero los acuarios no lo son todo, la zona del museo que muestra varias maquetas y dioramas, que explican y contextualizan la historia marítima y marina de Gipuzkoa y San Sebastián, aunque no son la parte más espectacular, se merecen emplear un buen rato para verla con calma. Paseando por aquí se puede aprender mucho sobre nuestro pasado, sobre cómo funcionaba el comercio marítimo, la pesca, los balleneros vascos… Aquí viene al pelo ese refrán que dice; ¡Nunca te acostarás sin saber ‘muchas’ cosas más!

El oceanario

Ya hemos dicho que el oceanario os dejará con la boca abierta, pero las medusas os hipnotizarán, no podréis evitar hacerles mil fotos a las estrellas de mar y cuando lleguéis a los acuarios de especies tropicales, no podréis resistiros a decir ¡Mira! ¡Nemo y Dory! En resumen, el Aquarium es visita obligada tanto si venís a hacer turismo a Donostia como si sois locales. Y, aunque, es una experiencia increíble para los peques de la casa, los mayores también la disfrutaréis y, si sois miedosos como nosotros, no os preocupéis por los tiburones ya que, por suerte, están separados por un cristal tan grueso que hasta podéis posar junto a ellos para las fotos sin miedo ninguno. ¡Prometido!